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lunes, 2 de marzo de 2015

Siria: una mirada desde la línea de fuego contra el terrorismo

por Miguel Fernández Martínez
corresponsal de Prensa Latina en Siria  

    Estar cerca de las líneas de combate donde el ejército sirio cierra el paso a los grupos terroristas a unos 50 kilómetros de esta capital, permitió constatar de primera mano el fracaso de quienes aspiran a destruir la paz en este país árabe.
 
   Por primera vez en lo que va de año, Prensa Latina recorrió este domingo varios puntos estratégicos ocupados por los uniformados al suroeste de Damasco, aún marcado por el polvo y el cansancio del combate.

   El escenario era una rara muestra de alegría por la victoria y tensión por la próxima jornada. Todavía quedaban en la colina cientos de cartuchos disparados, municiones listas para aprovisionar las armas, pero sobre todo una sonrisa en los rostros exhaustos de los combatientes.




    Estar en la altura de Rajm al-Sayd -llamada también Tal al-Sayyad-, demuestra cuánto queda por hacer en esta cruenta guerra, a pesar de la costosa derrota inflingida el fin de semana a los armados del Frente Al-Nusra y el resto de las bandas takfiri que aún se mantienen al acecho.

   La ubicación de la colina de Rajm al-Sayd, entre Himrit, -en las proximidades de Quneitra-, y Kafr Nasij -a 70 kilómetros al noroeste de Daraa y 50 de Damasco-la convierten en un bastión estratégico para la defensa de la capital siria.

   A través de ella se controla el acceso de la carretera que conduce a las elevaciones de Tal al-Mal, que domina las regiones de Nab al-Sakhr y Um Batina, y se conectan con la ciudad de al-Hara y Tal al-Hara.

   La reconquista de Rajm al-Sayd por parte del ejército sirio ocurrió un día después de restablecer el control en Tal Qrin, Tuloul Fátima y las ciudades estratégicas de al-Habariyeh, Khirbet Sultana, Himreet y al-Sabsba.




    Durante el largo recorrido, Prensa Latina observó las secuelas de una campaña de terror al visitar lo que había sido una escuela en la localidad de Hamreet, perteneciente a la región de Kherbet Sultana. Las bandas extremistas que operan en la zona la destruyeron totalmente con disparos de misiles y granadas de morteros.

   Aulas destrozadas, paredes desplomadas, olor a pólvora y muerte en cada rincón de lo que hasta hoy fue un centro dedicado a la labor de educar e instruir a niños y jóvenes sirios.
   Ni siquiera las frías temperaturas que imperan en esta zona amilanan el entusiasmo de las tropas, que reciben en sus trincheras nuestra inesperada visita. 

   Mantas para el frío, fusiles contra la pared de rocas, y hasta los tradicionales y humeantes
narguiles, detallan un escenario de combate donde la bandera roja, blanca y negra con sus dos estrellas verdes ocupa un lugar protagónico. Son los militares enfrascados en una guerra para conseguir la paz.
    En esas trincheras estaban combatientes jóvenes y viejos, curtidos por en el fragor de la luchas, disfrutando la victoria y preparándose para el próximo combate.

 crónica publicada en el sitio digital de la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina

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